Wednesday, May 26, 2010

Elías Daniel Valenzuela Salvatierra

Hermano, lo improvisé un poco en la Iglesia, pero estas eran las ideas que pude recopilar mientras te decía hasta pronto.

Mi Hermano amado:
No voy a despedirme sin dejar de creer que volveré a verte, en mí nunca morirás querido hermano. Siempre fuiste y serás regaloneado, porque te hacías querer como nadie más puede. No hay para mi alguien más talentoso con el balón de fútbol, ni que disfrutara tanto con los autos. Querido hermanito, la gente siempre dice que uno no elige a la familia, sino que a los amigos. Yo reflexioné una vez que si tuviera que elegir a mi familia de nuevo, los eligiria de nuevo a ustedes. Lo haría una y mil veces.
Quisiera tener la fortaleza de tus brazos hermano, para no dejarme caer y para no dejar caer a nuestros padres nunca, sé que me ayudarás con esa tarea.
Pedro dijo que no te quisiste sin antes dejar los cimientos de nuestro hogar construidos y así es, nuestro hogar estará hecho a base de tu amor y con tu recuerdo cobrará más vida que nunca.
Dicen tus compañeros que siempre ganabas en las carreras y una vez más ganaste, porque creo firmemente que nos estarás esperando en la meta, con grandes abrazos y caricias nos encontraremos más allá del sol, en un hogar dulce hogar.
Sé que no te gustaban mis gustos musicales, pero permíteme leerte unas líneas:
Tan cierto como estoy respirando
Tan cierto como estoy triste
Me quedaré con esta sabiduría
En mi cuerpo
Dejo este lugar creyendo en más de lo que tengo
Este amor, hermano, no tiene cielo

Te mando con mis zapatillas de fútbol, después de todo, casi las usaste más que yo. Yo me quedo con las tuyas… te las devuelvo cuando nos veamos.
TE AMO ELIAS DANIEL, AHORA Y SIEMPRE