Luna llena

Me avisó que saldría, sólo que no me dijo que sería tan pronto, ni mucho menos que se vería tan llena de sonrisas y radiante. Y comencé a mirarla sin timidez y estuve cantandole, y canté y canté, como sabiendo que me podía escuchar, pensando que estimulaba su manera de brillar. Miré a la luna a los ojos e ilusamente seguí cantando. Hice una vigilia al estrellado cielo, que pretendí fuera eterna, quisé depositar mis deseos al viaje infinito de una estrella que perece lejos en el cielo, anhelé que todo se convirtiera en posible y esperé ciegamente a que esa luna que yo intenté consentir y seducir con delicadas palabras, me susurrara como adormeciendome con ternura y besandome la frente, compartieramos un mismo sueño.

Escrito en un contexto profundamente especial, en un lugar especial y en un ambiente personalmente hecho especial. Baños Morales, noche de luna llena.